El programa CER de Córdoba demuestra que la forma ética de gestionar las colonias felinas es eficaz
Cuando comenzamos este camino, éramos simplemente unas mujeres unidas por un sueño: demostrar que existía una manera ética, eficaz y sostenible de gestionar las colonias felinas. Hoy, después de años intensos de trabajo, podemos decir con orgullo que ese sueño se ha convertido en realidad.
La reciente publicación de nuestros resultados en la revista Animals no solo valida científicamente nuestra labor, sino que también valida la eficacia y eficiencia de la gestión ética de poblaciones felinas urbanas.
Como Federación de Asociaciones Protectoras de Animales de Córdoba (FAPAC) en íntima colaboración con FdCATS sabíamos que teníamos entre manos algo especial, pero necesitábamos demostrarlo con datos sólidos y metodología científica. Aquí es donde la figura del catedrático Octavio Pérez Luzardo ha sido determinante. Su experiencia, conocimiento y, sobre todo, su compromiso con nuestro proyecto, han permitido traducir años de trabajo de campo en evidencia científica rigurosa. Queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento a Octavio y a Marimar, quienes ha sabido dar forma académica a una realidad por la que llevamos tanto tiempo trabajando.
El programa de gestión ética Felina de Córdoba ha logrado cubrir 225 colonias felinas, con una tasa de esterilización del 95% de la población gestionada. Detrás de estos números hay incontables horas de dedicación, noches en vela, y el esfuerzo incansable de un equipo extraordinario de coordinación, voluntarias y algún voluntario, veterinarias y veterinarios y colaboradoras y colaboradores. Cada gato esterilizado representa una pequeña victoria en nuestra misión de crear una ciudad más compasiva y responsable con sus animales. Como consta en el artículo, hemos revisado la literatura científica que refleja experiencias similares, pero por su rigor y extensión como lo que hemos conseguido en Córdoba no hay precedentes.
Cuando iniciamos este proyecto, sabíamos que estábamos ante un desafío enorme. Los análisis de viabilidad poblacional ahora confirman lo que intuíamos: hemos evitado el nacimiento de aproximadamente 3.000 gatos, y si mantenemos este ritmo, podríamos ver una reducción del 55% en la población felina para 2028. Cada vez que revisamos estos datos, no podemos evitar emocionarnos al pensar en todo el sufrimiento que hemos logrado prevenir. Los resultados superan nuestras expectativas y nos estimulan.
Uno de nuestros mayores orgullos es haber demostrado que la gestión ética no tiene por qué ser prohibitivamente cara. Con un coste medio anual de 0,62 euros por habitante, hemos probado que, con una gestión eficiente de recursos y el apoyo de la comunidad, es posible realizar un programa CER a gran escala. Esta eficiencia económica ha sido clave para mantener el apoyo institucional y ciudadano.
Ninguno de estos logros habría sido posible sin el apoyo incondicional de nuestra comunidad. Desde SADECO, las clínicas veterinarias que han colaborado lideradas por el Colegio, hasta los vecinos que nos han ayudado a localizar y monitorear las colonias, cada persona ha jugado un papel crucial en este éxito colectivo. La ciencia ciudadana y la participación comunitaria han sido pilares fundamentales de nuestro programa. También hemos recibido mucho aliento de los asistentes a las Jornadas Felinas Andaluzas ya sea como ponentes o como público. La posibilidad de crear una comunidad constructiva que enfrenta los conflictos con diálogo, los obstáculos con trabajo y las alegrías con agradecimiento nos hace imparables.
No podemos negar que un nuevo marco legal que nos respalda, por muy bizarras que sean algunas de las interpretaciones que haga una minoría, la Ley de Bienestar Animal 7/2023 ha llegado como un impulso adicional de nuestro trabajo. Ver cómo nuestro modelo se alinea perfectamente con los nuevos requisitos legales y científicos nos llena de satisfacción y nos da esperanzas de que más municipios puedan seguir este camino.
Mientras escribimos estas líneas, no podemos evitar sentirnos emocionadas por lo que hemos logrado, pero también conscientes del camino que aún queda por recorrer. Nuestro programa sigue evolucionando, y seguimos aprendiendo cada día. Las evaluaciones continuas nos ayudarán a mejorar y adaptar nuestras estrategias, siempre con el bienestar de los gatos como prioridad absoluta.
Queremos cerrar este artículo con un mensaje de profundo agradecimiento. A Octavio, por creer en nuestro proyecto y ayudarnos a darle la forma que necesitaba. A todas las voluntarias, veterinarias y colaboradoras que han hecho posible este sueño. A los grupos de personas que desde distintos puntos de España nos alientan con su presencia en directo u on line. A las instituciones que han confiado en nosotras. Y, por supuesto, a los verdaderos protagonistas de esta historia: los gatos de Córdoba, que nos han enseñado tanto sobre resiliencia, adaptación y la importancia de la compasión en la gestión urbana.
El programa CER de Córdoba es más que un proyecto de gestión felina: es la prueba viviente de que cuando la pasión, la ciencia y la comunidad se unen, los cambios positivos son posibles. Esperamos que nuestra experiencia inspire a otras ciudades a emprender sus propios programas CER, sabiendo que una gestión ética y eficaz de las poblaciones felinas no solo es posible, sino que es el camino a seguir.
Con gratitud y esperanza,
Las fundadoras de FdCATS y de FAPAC
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